Comin' in hot

Voy a empezar a lloriquear, que sé que os encanta...

martes, 24 de mayo de 2011

domingo, 15 de mayo de 2011

Un poco de jazz

Dicen que la calidad de la escritura aumenta exponencialmente cuando los sentimientos se muestran negativos. Eso explica por qué actualizo solo los Domingos, supongo.

Hoy es de esos días de mierda, que no aparecen en ninguna enciclopedia ni se estudian en ninguna institución educativa, pero que todo el mundo tiene. Días en los que te apetece estar tirado en la cama, dejando pasar las horas, los minutos, los segundos, las milésimas de segundo, los nanosegundos, los momentos, los instantes... y al final te termina pareciando una eternidad hasta el espacio temporal más reducido.

Se me quitan las ganas de aparecer por el mundo y crearme una cuenta en mi second life particular, donde vivimos yo y yo. Sin espacio para más, sin calentamientos de cabeza y con la única vida social que me ofrece la pequeña porción de intelectualidad que rodea el interior de mi testa.

No voy a dar lecciones de optimismo ni voy a quemar una lanza por todo lo que es bonito, bello, dulce y suave al tacto. Voy a abuchearte a ti, a ti, a ti, a ti y a ti también, y voy a dejar que sea el diablillo de mi hombro izquierdo el que actúe en detrimento del clásico angelito situado a la derecha. Me encanta callarme lo que pienso y luego escribirlo por aquí, como si mi vida fuera interesante. Pero la verdad es que lo único que busco es la forma de deshacer el nudo que cubre la porción de mi cuerpo habitada por la garganta.

Vamos a ser felices, claro que sí. Y entonces me volví loco.

lunes, 2 de mayo de 2011

Mal, mal, mal

Es de esos días que miras al calendario y no te cuadra que no ponga Domingo en Times New Roman 56... se acercan meses vitales y las ganas de afrontarlos son de -10 o -15, si me apuras. La rabia me corroe de ver que hay cerca de 1.000.000 de páginas para memorizar, 50 trabajos que redactar y mucha mierda que tragar.

El único tiempo libre que va a quedar será el tiempo que utilice en pensar qué hacer con mi tiempo libre. Y cuando vaya a hacer algo sonará la alarma de mi reloj biológico que en esta época del año estará localizado en mi conciencia y me dirá: "estudia, redacta, estudia, redacta" Y me pondré a estudiar...

Pero claro, eso no servirá de nada porque el tiempo que pase estudiando lo pasaré pensando en qué podría hacer si no estuviera estudiando. Acabaré mandando a la mierda a mi reloj biológico, a mi conciencia, y me tiraré en la cama mirando al techo, riéndome yo solo imaginándome a mí mismo a mediados de Junio, en plena temporada examentil, con barba de dos semanas, 4 horas de sueño diarías y una dieta de un café y medio cada dos minutos.

Por eso ahora me miro frente al espejo y trato de grabar mi imagen, porque dentro de un mes guardaré gran semejanza con los villanos de más de una película de terror...